Hoy he llorado por ti, y también por tu hija, por tu
tristeza, y por un mar de nubes blanco, rosa, azul y dorado. He llorado por los
valles pasiegos encharcados en bruma, y también por las montañas borrascosas de
mis abuelos, por una tierra de mar ocre pastel que surcan garzas señoriales. He
llorado tradiciones que huelen a pólvora y saben a la lonja y al tejo, que
huelen al trueno nocturno y suenan a aullidos rabiosos.
Hoy he llorado por la conciencia de un pueblo noble, y
especialmente por la mía. Hoy he llorado porque perdí su voleteo salvaje, porque
me lo arrancaron a mordiscos y susurros, a golpes y al eco de las maldiciones.
Hoy he llorado porque ya no creo en ti.
Porque los caminos están tristes, oscilan.
Porque yo estoy viejo, fragmento.
Por de Cantabria ser, infinito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario